La Unión Europea moviliza medios y bomberos de siete Estados miembros, para ayudar a España en lucha contra los incendios.
300.000 hectáreas afectadas.
La Unión Europea (UE) ha activado medios aéreos y técnicos desde siete Naciones para ayuda a España en la extinción de los incendios que afectan en especial a las provincias de Ourense y Zamora.
Al parecer se trata de aviones cisternas desde Francia e Italia, y helicópteros desde Países Bajos, República Checa, y Eslovaquia.
Otros medios también se han puesto a disposición desde Alemania, Francia y Finlandia para colaborar en el control de los incendios.
En este contexto, la UE dispone de 22 aviones y cuatro helicópteros para responder ante este tipo de situaciones.
Se trata de la primera vez que España hace uso de este instrumento para responder a una crisis de incendios forestales y la ayuda estará disponible desde el mismo jueves 21.
El Gobierno ignora la ley de protección civil en los incendios que si aplicó en abril para declarar la emergencia nacional por el ‘apagón’
El gobierno tiene la responsabilidad de establecer leyes y reglamentos claros y efectivos para la prevención de incendios en diferentes ámbitos (forestal, urbano, industrial, etc.). Esto incluye normas sobre construcción, uso de materiales, almacenamiento de sustancias inflamables, mantenimiento de instalaciones, e
Los incendios cubren importantes zonas de la geografía nacional, como Orense, León, Zamora o Cáceres, afectando a la línea del AVE Madrid-Galicia y a la red de carreteras.
En el caso de incendios forestales, la planificación urbanística y la gestión del territorio son cruciales. Crear cortafuegos, mantener zonas despejadas de vegetación seca, y controlar el acceso a zonas de alto riesgo son medidas importantes.
Nos parece inexplicable que el Gobierno no haya declarado la emergencia nacional a través del Ministerio del Interior.
Según los expertos en Medio Ambiente, que se ocupan del manejo sostenible de los recursos forestales, incluyendo la planificación, y conservación “Hay que restablecer la situación” y volver a la actividad rural y forestal.
Este tipo de incendios tan virulentos, es imposible controlarlos
En el Gobierno de la Nación se hacen los ignorantes para hacer creer que se toman medidas eficientes, cuando la realidad es que están fuera su capacidad de extinción. Por muchos medios aéreos de que se disponga, no serán suficientes para sofocarlos, en tanto que la situación atmosférica permita las condiciones para su extinción.
¡El Gobierno confía en las lluvias y la caída de temperaturas para recuperar el control de los incendios!
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RESUMEN
Los incendios de 2025 han causado la mayor devastación forestal del siglo, quemando más de 380.000 hectáreas, una cifra que supera con creces a años anteriores como 2022 (con 306.000 hectáreas) y 2023. La ola de incendios, que ha llevado a 32 detenciones y ha provocado evacuaciones en varias comunidades autónomas, ha afectado principalmente a Galicia y León, y ha generado tensiones políticas sobre la gestión de la emergencia.
Resumen de la situación actual (agosto 2025)
Superficie afectada:
España acumula más de 382.000 hectáreas quemadas, una cifra significativamente más alta que la del año 2024.
Se han detenido a 32 personas por incendios forestales, y varias poblaciones han sido desalojadas, especialmente en León, según información del Ministerio del Interior y de la Junta.
Se han registrado 228 incendios con numerosos focos activos, algunos de los cuales se han gestionado con la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Pico histórico:
La cantidad de superficie quemada en 2025 es la más alta desde que el Programa de Observación de la Tierra de la UE (Copernicus) inició sus registros en 2006.
Comparación con otros años:
La superficie calcinada en 2025 es superior a la suma de varias temporadas anteriores, incluyendo 2018, 2019, 2020, 2021, 2023 y 2024.
La gran mayoría de los incendios forestales en España son provocados por actividades humanas, ya sea de forma intencionada o por descuidos.
Los incendios han provocado la interrupción de transportes y han puesto en peligro a diversas poblaciones.
La gestión de la crisis ha generado un enfrentamiento político, con acusaciones cruzadas entre el Gobierno central y algunas comunidades autónomas gobernadas por el PP, como se desprende de la tensión política generada entre el Gobierno y el Partido Popular.
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DRAGON AZUL
¿El dragón azul es venenoso?
Sí. Este extraño animal almacena veneno en las ceratas (también denominadas “alas con plumas”) que decoran su cuerpo. La forma en la que lo adquiere es curiosa: extrae el veneno de sus presas (medusas o fragatas portuguesas) y lo utiliza para atacar a futuras presas. Dicho de otra forma, su manera de cazar consiste en dar a sus presas de su mismo veneno.
Justo por este motivo, no se trata de un peligro para los seres humanos. Solo ataca en caso de sentirse amenazado y la rozadura es similar a la que provoca una medusa. Es por esto que, a pesar de ser una especie desconocida para los bañistas del Mediterráneo, un encuentro con el dragón azul no debería trascender más allá de la alerta a los servicios correspondientes.
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Gibraltar refuerza la vigilancia en las playas tras el avistamiento de dragones azules en La Línea de la Concepción.
El Departamento de Medio Ambiente de Gibraltar mantiene bajo estrecha vigilancia las playas del Peñón tras el reciente avistamiento de seis ejemplares de dragón azul (Glaucus atlanticus) en la playa de Santa Bárbara, en La Línea de la Concepción. Aunque la presencia de esta especie no es habitual en la zona, las corrientes marinas podrían arrastrar nuevos ejemplares hasta la costa gibraltareña, lo que ha activado la alerta preventiva.
La aparición de esta criatura es un fenómeno recurrente y un indicador del cambio climático. Este pequeño molusco es inofensivo a la vista, pero su contacto puede provocar una reacción cutánea dolorosa debido a que almacena el veneno de su presa, la carabela portuguesa. Se recomienda no tocarlo y, en caso de picadura, tratar la zona con vinagre o agua caliente.
¿Qué es el dragón azul?
Es un molusco de pequeño tamaño, con una coloración azul y plateada, que se alimenta de especies venenosas como la carabela portuguesa.
A pesar de su apariencia, no es agresivo, pero su contacto con la piel puede causar una quemazón intensa y dolorosa, similar a la de la carabela.
¿Por qué aparece en las costas españolas?
Su aparición es un fenómeno recurrente y está relacionado con el cambio climático.
El calentamiento del mar Mediterráneo favorece la llegada de especies exóticas y aumenta las oportunidades para el Glaucus atlanticus (dragón azul), que está desplazándose hacia latitudes más altas.
¿Qué hacer si ves uno?
No lo toquen: Evitar el contacto, ya que libera células urticantes al ser tocado.
Pedir ayuda: Acudir a un centro médico en caso de contacto.
Tratamiento en caso de picadura: Vierta agua caliente o vinagre sobre la zona afectada para intentar desactivar las toxinas.
EL CONFLICTO DE GAZA




La guerra de Gaza es un conflicto armado en curso que comenzó el 7 de octubre de 2023. Como parte de los conflictos no resueltos entre israelíes y palestinos, sigue a las guerras de 2008-2009, 2012, 2014, 2021 y 2022.
La guerra ha causado la muerte de más de mil israelíes y de decenas de miles de palestinos, además de una destrucción generalizada y una crisis humanitaria en Gaza que muchos han descrito como un genocidio.
Mientras tanto, la región circundante ha experimentado una creciente inestabilidad y combates. El primer día fue el más mortífero en la historia de Israel, y la guerra es la más mortífera para los palestinos en el conflicto en general.
El 7 de octubre, mientras los israelíes celebraban la festividad de Simjat Torá, grupos armados de fedayines palestinos, principalmente de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina, lanzaron un ataque contra Israel desde la Franja de Gaza que comenzó con una andanada de cohetes y que siguió con un ataque de comandos en camionetas, motocicletas y parapentes motorizados.
El ataque, denominado «Operación Inundación de Al-Aqsa», tomó a Israel por sorpresa pese a ocurrir al día siguiente del cincuenta aniversario de la guerra de Yom Kipur. Israel respondió poco después con una de las campañas de bombardeos más destructivas de la historia moderna e invadió la Franja de Gaza el 27 de octubre.
El ataque supuso la primera vez en la historia que Israel perdió el control de parte de su territorio durante un periodo prolongado de tiempo durante el cual los milicianos palestinos capturaron a un total de 251 rehenes, y mataron a 695 civiles israelíes (incluidos 36 menores de edad), 71 civiles extranjeros y 373 soldados y policías. Human Rights Watch denunció que el ataque deliberado contra civiles, los ataques indiscriminados y la toma de civiles como rehenes constituyen crímenes de guerra según el derecho internacional humanitario. Todo esto llevó al Gobierno de Israel a declarar el estado de guerra por primera vez desde la guerra de Yom Kipur en 1973. El 28 de octubre, las Fuerzas de Defensa de Israel comenzaron a enviar tanques e infantería a la Franja de Gaza respaldados por ataques masivos desde el aire y el mar. Tras una pausa de siete días en la que se intercambiaron rehenes israelíes por presos palestinos y se permitió la entrada restringida de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, las hostilidades se reanudaron el 1 de diciembre de 2023 y se extendieron hasta la entrada en vigor de un nuevo alto el fuego el 19 de enero de 2025. El 18 de marzo, Israel rompió unilateralmente el acuerdo de alto el fuego al que había llegado con Hamás el 15 de enero de 2025 al lanzar una serie de ataques aéreos sorpresa sobre Gaza.
Los combates se extendieron rápidamente a otros escenarios. En Cisjordania, aumentaron la violencia de los colonos israelíes contra la población civil palestina y los choques armados entre el ejército israelí y los milicianos palestinos. En la frontera israelí-libanesa, el ejército israelí se ha enfrentado con la milicia chií Hezbolá en una serie de combates que se extendieron desde los primeros días del conflicto. En Siria y en Irak los enfrentamientos han sido protagonizados por ataques de milicias árabes contra bases del ejército estadounidense y por bombardeos israelíes contra miembros de dichas milicias. En el mar Rojo, los hutíes comenzaron una campaña de ataques contra barcos con destino a Israel, y Estados Unidos y el Reino Unido respondieron bombardeando objetivos hutíes.
Según fuentes procedentes de Gaza, el ataque israelí contra la Franja de Gaza ha provocado la muerte de al menos 61 158 personas, en su gran mayoría civiles, entre ellos 18 430 niños, 2955 personas mayores de 60 años y más de 11 800 mujeres, lo que asciende al 72 % de los fallecidos. Además, ha causado más de 151 442 heridos (incluidos 8663 niños y 19 000 mujeres) y más de 14 400 desaparecidos, lo que elevaría la cifra de fallecidos aún más. Más allá de las muertes ocasionadas directamente por ataques israelíes, diversos estudios han ubicado la cifra real de víctimas mortales en unas 186 000 personas a mediados de julio, y las han estimado en 335 500 para finales del año 2024. Además, los ataques y las órdenes de evacuación israelíes, que se han extendido hasta cubrir el 86% de la superficie de la Franja, han provocado el desplazamiento forzado de dos millones de gazatíes obligados a permanecer en un campamento de desplazados, el de Mawasi, con una superficie equiparable a la del aeropuerto internacional de Shanghái. A mediados de marzo de 2024, la Franja registraba ya la mayor proporción del mundo de personas viviendo en privación de alimentos, con uno de cada cinco niños en estado de malnutrición severa. Hasta el 2 de agosto se habían registrado169, fallecimientos por inanición de los que 93 eran niños.
El 7 de octubre, mientras los israelíes celebraban la festividad de Simjat Torá, grupos armados de fedayines palestinos, principalmente de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina, lanzaron un ataque contra Israel desde la Franja de Gaza que comenzó con una andanada de cohetes y que siguió con un ataque de comandos en camionetas, motocicletas y parapentes motorizados.
El ataque, denominado «Operación Inundación de Al-Aqsa», tomó a Israel por sorpresa pese a ocurrir al día siguiente del cincuenta aniversario de la guerra de Yom Kipur. Israel respondió poco después con una de las campañas de bombardeos más destructivas de la historia moderna e invadió la Franja de Gaza el 27 de octubre.
Tras más de medio año de ataques de Israel a la Franja de Gaza la catástrofe humanitaria no tiene precedentes desde la II Guerra Mundial. Las víctimas mortales se cuentan por decenas de miles, las heridas podrían superar pronto las 100.000. Más del 4% de la población de Gaza ha perdido la vida o se encuentra gravemente herida.
Desde que comenzara la ofensiva en octubre, los posibles crímenes de guerra se amontonan, como este ocurrido el pasado abril en Rafah en el que murieron 44 personas civiles, entre ellas 32 niños y niñas. Amnistía Internacional ha hallado numerosos indicios de crímenes de guerra en los ataques aéreos indiscriminados o directos contra población civil.
La relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, denuncia que existen “motivos razonables” para creer que Israel está cometiendo actos propios del delito de genocidio como el de “infligir deliberadamente a un grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial”.
La particularidad de este crimen es que, además de quienes los sufren, es el propio ejército israelí el que muestra con orgullo las pruebas de estos ataques a población civil a través de medios oficiales y también en las redes sociales de sus soldados, por lo que se trataría del primer genocidio al que asistimos en directo, impotentes e impasibles.
Además de los bombardeos aéreos y los ataques terrestres, el ejército israelí ha impedido el acceso a la población palestina de todo aquello que hace posible la vida: agua, alimentos, medicinas, combustibles, electricidad. En los últimos meses el ejército de Israel ha obstaculizado todos los puntos de entrada a Gaza, y los apagones prolongados en las telecomunicaciones han reducido enormemente el volumen de ayuda que pueda entrar en la franja, tal y como denunciaron 20 organizaciones humanitarias.
La ofensiva israelí que comenzó en el norte de Gaza, ya ha llegado al sur, a la ciudad de Rafah, donde la población ha aumentado de 280.000 a 1.400.000 personas, y siguen recibiendo ataques y nuevas órdenes de huir. Pero cuesta imaginar a dónde: el resto de la franja tampoco es un lugar seguro y muestra unos niveles de destrucción inhumanos. Viviendas, carreteras, hospitales, campamentos, escuelas y tuberías de agua han quedado totalmente destruidas. En toda Gaza se acumulan ya toneladas de escombros, donde la vida ya es imposible de imaginar.
Por si quedaba alguna duda de que esta operación poco o nada tiene que ver con acabar con los miembros de Hamás en Gaza, la violencia también se ha desatado en Cisjordania, con detenciones masivas, expropiaciones.
La hambruna ya es una realidad en Gaza y la falta de alimentos es una amenaza clara para cualquiera que sobreviva en la franja. Esta es la conclusión de la Corte Internacional de Justicia del pasado marzo. Los ataques aéreos no solo han destrozado los lugares de almacenamiento de alimentos, sino que solo se ha permitido la entrada de ayuda humanitaria a cuentagotas a un lugar donde aún viven dos millones de personas.
La desesperación provocada por el hambre de la población gazatí se comprobó con toda su crueldad en la masacre de la harina. En la madrugada del 29 de febrero cientos de personas se agolparon en torno a camiones de ayuda humanitaria. El ejército israelí abrió fuego directamente contra quienes trataban de conseguir algo de comida: 112 personas perdieron la vida aquella noche.
Las escenas de población civil israelí atacando en la frontera camiones con alimentos y ayuda humanitaria es una de las más aberrantes que nos dejarán estos meses de violencia y odio sin medida. Además, infinidad de camiones, tanto comerciales como de ayuda, esperan durante semanas en el lado egipcio poder cruzar a territorio gazatí. Amnistía Internacional señala que la privación de alimentos generalizada supone un castigo colectivo tipificado como crimen de guerra.
